Jesús en el Descendimiento

Esta escena representa el momento inmediatamente posterior al fallecimiento de Jesús, en el que José de Arimatea – un hombre justo y discípulo de Cristo, pese a pertenecer al tribunal que lo condenó – solicita a Poncio Pilato la autorización para descender el cuerpo de Jesús de la cruz y prepararlo para su sepultura.
El Evangelio de San Juan (19, 38-42) añade la presencia de Nicodemo, quien aporta mirra y áloe para envolver el cuerpo con lienzos, tal y como acostumbraban los judíos a sepultar. En cambio, los relatos de Mateo, Marcos y Lucas no mencionan a Nicodemo, aunque sí aluden a la intervención de las santas mujeres, en especial María Magdalena y la “otras Marías”, testigos del enterramiento y del posterior hallazgo del sepulcro vacío.

El conjunto escultórico que recrea este pasaje se compone de siete Imágenes, conocidas popularmente como “el paso de los siete santos”: Jesucristo, José de Arimatea, Nicodemo, San Juan, la Virgen María, María de Cleofás y María Magdalena. Todas fueron realizadas en 1943 en los prestigiosos Talleres de Arte Religioso de Olot (Gerona), lo que las convierte en piezas de notable valor artístico dentro de la tradición devocional.

Dichas Imágenes fueron sometidas a un proceso de restauración en 1996 en los Talleres de Artesanía Religiosa “La Asunción” (Santiago Lara, Socuéllamos–Ciudad Real), con el objetivo de recuperar su esplendor original y asegurar su conservación para las generaciones futuras.


La Hermandad venera este Misterio como uno de sus Titulares y lo custodia a lo largo del año en la Capilla de la Esperanza, ocupando una de las capillas laterales. De manera solemne, la escena procesiona cada Viernes Santo, marcando uno de los momentos culminantes de nuestra Semana Santa. Esta representación destaca en la historia cofrade local por ser el primer paso de Misterio en el que intervienen varias Imágenes, enriqueciendo así la iconografía y profundizando en la narrativa de la Pasión de Cristo en nuestra comunidad.